recuerdo mucho la mención de “mujer pecadora” que escuché decir en susurros a varias señoras en cierta ciudad del interior del país que visité con mis padres cuando era pequeña. volteé para saber cómo es que lucía una “mujer pecadora” y me encontré con una diminuta mujer con pinta de caricatura que cruzaba la calle con sus pasitos menudos, vestida con un vestido floreado y unas botas negras de charol (o al menos lo parecía) que me hizo pensar que la pobre debía de tener los pies sudados porque hacía calor. ah, me dije, eso es una mujer pecadora, qué chiquita, creo que yo era más alta que ella y me pareció que el concepto que tenía de esa definición le quedaba muy grande a la mujercita aquella
mi desconcierto aumentó en la noche cuando tomamos un taxi para transportarnos al hotel donde estábamos alojados. el taxista resultó ser el comisario del lugar y en medio del trayecto detuvo el carro en seco y sacando un palo de la maletera procedió a aporrear a unos tipos que hacían cola frente a una destartalada vivienda cargando bolsitas de lo que luego supe, eran comestibles. los hombres empezaron a correr de un lado a otro, procurando que no les cayera el palo encima. una vez que deshizo la cola y se percató que se habían ido todos, regresó al carro, pidiendo disculpas y explicando que esos forajidos estaban ahí haciendo cola para entrar a pecar con esa mala mujer a la que apodaban “la cutula” y que para hacerlo, robaban los comestibles de sus respectivas casas para dejárselos a ella. mi pobre madre en vano trataba de taparme las orejas cubriéndolas con sus manos y apretándome el rostro contra su cuerpo para no oír ni ver el lamentable espectáculo que había montado aquel comisario metido a taxista que enojado y a gritos seguía lanzando improperios a la tal cutula y a los hombres aquellos, que según juraba, estaban por ahí nomás, pero que no se atrevieran a regresar, prosiguió, sacando la cabeza de la ventana, porque en cuanto dejara a estos pasajeros iba a volver para llevarse a la comisaría a todo el que encontrara alrededor
como es lógico, todo esto estimuló mi curiosidad y al día siguiente mencioné lo que pasó a los niños que coincidieron conmigo en una excursión que teníamos pactada con el guía turístico que se encargó de nuestro recorrido. todos habían escuchado mencionar el tema de la mala mujer porque casualmente, también estuvieron presentes cuando yo la vi. corroboraron lo que yo había escuchado sobre los comestibles y adicionaron que así era la cosa, que ella permitía que los hombres pecaran con ella a cambio de un pedazo de chancaca, un cuarto de kilo de arroz, de frijoles, azúcar, etc.
todo esto se quedó muy vívido en mi memoria y cuando años después escuché un concepto totalmente novedoso de la palabra pecado (“pecado es el sueldo mínimo”) fue cuando pude procesar toda esta situación y el recuerdo de la mujercita cruzando la calle y los hombres que pacientemente esperaban su turno con sus bolsitas en la mano frente a su casa, me dieron una especie de lástima y vergüenza ajena que aun me causa rabia. qué tal necesidad puede ser ésa que obligó a esa pobre mujer a vender su cuerpo a cambio de un poco de comida. tanta habrá sido su miseria que a cambio de esos mendrugos se resignó a ser maldecida en un pueblo chico en el que no podía salir a la calle sin ser señalada como la causa de los pecados de los hombres de aquel lugar
brindo con mi mojito y sueño despierta con un mundo en donde el concepto de pecado no nos brinde el derecho de maldecir a gente como esta mujer sino a pensar que si hay pecado en ella, más lo es permitir que existan situaciones como éstas a causa de la pobreza
gráficos: Marco Palacios
Necia, como ya disfruté este relato en lo de Juan, me gustaría apuntar un par de cosillas, desde el punto de lector, que me hubiera gustado diferente. Ye te dije antes que tu prosa se me hace impecable y es , para mí, una delicia leerla. Sin embargo (acá van las dos cosillas);
ResponderEliminarLa palabra “corroboraron” me duele, no me gusta en literatura, me parece muy leguleya y/o su sonoridad me afecta. Puede que sea yo solamente, pero me gustaría sea reemplazada.
El último párrafo creo que no te corresponde como escritora. Emites un juicio de valor y una declaración de principios. Nos mezquinas la oportunidad, como lectores, de sacar nuestras conclusiones. Eso, me parece, le quita un poco de potencia al relato.
Eso quería decir desde mi minúscula óptica de lector y de escritor aficionado (énfasis en aficionado)
Kudos, necia
gracias oswaldo, bienvenidas las críticas y las tuyas lo son siempre
ResponderEliminarah, un amigo mío me dio otro término de cutula: culo fácil, creo que va por ese lado; en todo caso, como lo mencionaste en el cuy, feo nombre que le pusieron
marco, pobre cutula, más feyita no la pudiste hacer, oye
Sip, pobre Cutula...me cae bien la "macha" ... las botas estan bacanes
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarjajaja, sí, la Cutula es un símbolo de todas aquellas mujeres hundidas en ese ambiente por necesidad y que por las carencias físicas (eso es lo que se entiende del texto) sólo logran subsistir. Feita la pobre.
ResponderEliminarUna nueva manera de entrar el comentario.
ResponderEliminarBien ahí, ... está muy bueno.
Gracias al grupo necio!
Por lo menos la cutula no tenia caficho. Yo no siento pena por estas mujeres, y ciertamente no me da verguenza ajena, de repente porque no soy mujer. Lo que hace la cutula es intercambiar un bien renovable por un consumible, es un negocio como cualquier otro. Ahora por ahi dices que te dio pena que se rebaje a ser la "mujer del pecado" en un pueblo chico... eso solo ofende a quien tiene un concepto de moral con estandares... digamos de ciudadano comun y corriente. La cutula parece que no tiene ese mismo estandar... ella no entiende porque la gente ve "su negocio" como pecado. De repente esta comparacion es mala, pero ahi voy, si un judio (pongamos por un momento q soy judio, pero ya bien acriollado) me ve en Lurin comiendo chicharrones probablemente me va a ver como pecador y comentara con sus amigos judios que vio al Pepe comiendo chicharrones, y es mas! hasta se regodeaba de lo rico que estaban! y que el proximo domingo tambien ira a por mas... TREMENDO PECADOR PEPE!! NO SE JUNTEN CON EL!!! me sentiria ofendido? por supuesto que no! y es mas, hasta comentaria con mis amigos cristianos: que tales huevones estos judios! no saben de lo que se pierden en Lurin!
ResponderEliminarPepe, la pena que siente necia, me parece, se refiere a que debido a su condición de pobre Cutula se ha visto, de alguna manera, obligada a ejercer una profesión de la cual, te aseguro, abomina (si quieres por el estigma social injusto).
ResponderEliminarAhora, tu comparación con el chicharrón de Lurín (pucha que rico) es un tanto forzada. Judío que come chancho ya no es de religión judía y nadie se escandaliza por ello. Mujer que vende su cuerpo sigue siendo mujer... mujer con un estigma histórico.
hola pepe, creo que no has leído bien el post. si te fijas, la mujer en mención intercambiaba favores sexuales a cambio de comida, de cosas con qué sustentarse, (o quien sabe a algunos más de su familia, cosa que desconozco) lo que equivale a decir que lo hacía por necesidad, no porque buscaba enriquecerse ni nada por el estilo. vi la forma en que la gente la trató en ese fugaz momento en que ella "se atrevió" a salir como cualquier ciudadano a la calle, vi la forma en que ella se comportaba (con temor y apresuramiento) y lo único que logré sentir fue lástima aunque no logré explicarme ese sentimiento hasta mucho tiempo después, cuando comprendí lo que presencié en su exacta medida
ResponderEliminarsi hay mujeres que deciden dedicarse a este negocio, que lo hagan porque así lo decidieron libremente, pero no porque la necesidad las obliga. como mujer, te puedo decir que lo que anhelamos es entregarnos por amor a la persona de nuestra elección
en todo caso, aquí estamos en un ambiente de democracia. la historia está aquí, tal cual es; la lectura que le des, el significado que le encuentres, es asunto tuyo. gracias por comentar, hazlo siempre
Gracias por la invitacion, Necia! yo soy de los necios que mejor se ven callados... Tengo que comentar que si lei bien el post, y como bien senalas cada uno lo interpreta segun el color del vidrio con que lo miras. Si yo hubiese visto eso de nino, tal vez lo hubiese interpretado como tu. Si lo viese de adulto, asi, cinico y mezquino como soy, diria que la Cutula al menos tiene algo que llevar a la mesa...
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