en ocasiones escuché a algunas personas decir que no sueñan y si lo hacen, no se acuerdan de lo que soñaron al despertar. en cambio yo, siempre sueño y por lo general, recuerdo todo. sueño tanto que a veces me quedo un rato más en la cama, dando vueltas y recordando mis sueños. unos son bonitos, otros no; algunos muy claros, nítidos, como películas; otros parecen rompecabezas, no los entiendo y me entretengo tratando de buscarles el significado
sin embargo, el sueño que siempre me confunde, que no me deja diferenciar si estoy despierta o dormida, es cuando sueño que quiero orinar. es mi cuco. sueño que estoy lista para orinar, que nunca antes había tenido tantas ganas de hacerlo, que voy al baño y cuando empiezo a orinar siento un inmenso placer al liberar el torrente que se hallaba aprisionado cual cauce loco por una represa, y al hacerlo, resulta que el líquido tibio que va mojando mi cuerpo ¡y la cama! me despierta y entonces sé que ya me jodí, que debo correr al baño pero a la vez tengo que quitar las sábanas inmediatamente para que la humedad no llegue al colchón, porque si llegara, tendría que cambiarlo antes de tiempo por el olor que genera la orina en los colchones y corro al baño jalando las sábanas y quitándome la ropa porque el ansia de llegar es tanta que no puedo detenerme. soy el río de heraud, que se viene en torrente furioso, arrasándolo todo a su paso. al llegar a la ansiada meta, las ganas de mear son tan grandes que pongo en duda si es que sigo soñando o ya por fin me desperté porque a veces también sueño que ya llegué, que ya puedo soltarlo todo y ¡zuácate! me agarra desprevenida y de vuelta a empezar la historia. termino sudorosa, cansada, hecha un desastre, sintiéndome miserable, frustrada y sobretodo, recriminándome por el último trago de líquido, ya sea agua, jugo, cerveza, vino, pisquito o qué sé yo que me hubiera tomado antes de acostarme y de bestia, ordinaria, estúpida no me bajo. después regreso al lugar de los hechos, recogiendo todo lo que fui dejando a mi paso, reviso si logré retirar las sábanas a tiempo y más vale que sí porque si no lo conseguí, el quehacer del cambio de colchón me va a poner de un humor tal que mejor se corren de mi lado porque me vuelvo alan cuando en mala hora se le cruzó el canillita en el camino
el problema es que a veces termino encontrando no solamente sábanas y ropa por el piso sino que en ocasiones también encuentro uno que otro cristiano asustado haciéndome cruces para alejar a la maldita loca que lo aventó de la cama contra el suelo en medio del sueño, ¡ay mi madre! entonces comprendo por qué las sábanas estuvieron pesadas, pero por lo general ya es demasiado tarde, el daño está hecho y a buscarse otro despistado a quien azotar contra el piso cuando se presente una experiencia onírica similar se ha dicho porque después de compartir conmigo esta experiencia, se resisten a volver, ¡qué delicados! ahora ya no le aguantan a una ni un mal sueño
gráficos: Marco Palacios
Juaaa... la verdad que una buena meada le hace correr hasta a Cristiano Ronaldo...creo que éste correría hasta con un pedo sonoro aunque inodoro. Bueno pues, a falta de cristianos bueno son messis...PLOP
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